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Quien maneja este espacio opina que el fútbol ingles no existe, porque en realidad siguen jugando al Rugby. El fútbol italiano tampoco existe, porque en realidad juegan al tenis: El objetivo es rechazar fuerte todo lo que cruza el medio campo. El fútbol alemán tampoco existe: Corren maratones. Finalmente, opina que el fútbol Holandés, Argentino y Brasileño de los 70 y 80 no existe: Eso, eso es simplemente Fútbol.

domingo, 25 de abril de 2010

La ambiguedad del "futbol"

El día arranca como cualquier otro: Despertador que suena, diez minutos mas por favor, medio dormido se dirige a la ducha... nada nuevo. Bueno, nada nuevo hasta que apaga la ducha, se va a vestir, desayuna, todo lo de siempre, vuelve al baño para orinar y se da cuenta. La pucha, siempre que te pasa da una bronca barbara, como que te dan ganas de cerrar los ojos y decir "Ya esta, esto no paso, los abro y va a estar todo bien". Como cuando te empatan el partido a ultimo minuto. Pero no, claro, abrís los ojos y sigue ahí: El agua de la ducha sigue en la bañera. "Que lo pario" te decís, mientras buscas la sopapa para destapar la mugre que debe haber en el drenaje.

Lo peor del caso es cuando no hay un tapón, sino muchos. Entras a sopapear y sale, primero, una mugre negra, con un olor de miércoles que voltea. Debe ser el jabón que se va en el drenaje, que se acumula de a poco y se va pudriendo. La verdad, si nunca sentiste ese olor a podredumbre, no te lo deseo. Pero lo peor para el hombre en cuestión es que, una vez que el agua drena un poquito porque se despejo el tapón de jabón, se estanca de nuevo. Vuelta a sopapear, vuelta a salir una mugre infame desde el drenaje. Y así podes estarte durante casi una hora: Tapones de pelo, de mugre varia, de yerba mate (bueno, quizá eso no) que te estancan el agua en la bañera.

Y, como el tipo este es un enfermo como vos y yo, no puede sino acordarse de su equipo de fútbol de la facultad. Imaginate, mas o menos diecisiete estudiantes de posgrado de economía pretendiendo ser un equipo. Es para reír y para llorar, un poco de cada cosa. Y el juego que despliegan no es muy distinto al de esa bañera. Pasa que cuando el tipo este ve como el agua finalmente drena, y pasa de la ducha al desagua y fluye que es un contento, al tipo se le pianta un lagrimon, esperando que algún día su equipo juegue así. Y no solo su equipo de facultad. El club del cual es hincha, la selección, las otras selecciones. Que va, que todos los equipos jueguen así. Porque, hermano, el fútbol tiene que fluir como aquel agua.

A ver. La palabra "fútbol" es ambigua. A veces usas "fútbol" como "pelota". Por ejemplo "para mi cumple la vieja me regalo un fútbol". Entendés? A veces usas "fútbol" como sinónimo de un conjunto de reglas que definen un deporte. Pero a veces, usas "Fútbol" así, con mayúscula, para referirte a un concepto, casi a un ser vivo que tiene conciencia propia. que respira vive y, a veces, tristemente, también muere. O no es a eso a lo que te referís cuando decís "al equipo le falta Fútbol", o "hace falta alguien que genere Fútbol". Y acá, pequeño paréntesis, yo diría 'algunos' porque, como veremos, generar Fútbol nunca es tarea de uno solo. Es difícil definirlo, porque es como la Justicia: Es una de esas cosas que no podes poner en palabras, pero cuando la ves la reconoces.

Primero: como todo ser vivo, el fútbol debe nacer. Y, como todo ser vivo (salvo los de reproducción asexuada, pero esos son tan aburridos que no cuentan) el Fútbol nace de la unión de dos personas. nace cuando un tipo ve a otro -bueno, la analogía con la reproducción se me complica ahora- y conscientemente le entrega un pase. Un pase. No un revoleo que el otro, de pura casualidad y obra del destino recoge. En esa conexión es que el Fútbol empieza a nacer. Imaginate, el arquero se la da cortita al lateral derecho y este toca con el volante diestro que bajo a asociarse con el ya mencionado lateral. Ahí lo tenes al Fútbol asomando la cabecita. Y como toda criatura, esta tiene que crecer, y crecer con paciencia. Vos a una persona que va a ser un tipo hecho y derecho no lo podes apurar en su crecimiento. no le podes enseñar de amor y odio, rencor y traición, física nuclear y equilibrios dinámicos a un nene. No, lo mandas al jardín y al primario. Al Fútbol tenes que tratarlo igual. Si los contrarios están sólidos atrás, y tus compañeros están marcados, entonces que el volante central baje a juntarse con el medio campista derecho que tiene la bola. Ves? Sentís como la jugada va fluyendo? El Fútbol se alimenta de la fluidez. Los dos compañeros de equipo son como extremos de un caño, y el Fútbol crece a media que el agua, la bola, pasa libremente entre uno y otro. El volante diestro toca con el medio centro, el medio centro ve que la defensa rival no sale y cambia para la izquierda y la bola, armónica, fluida y a nunca mas de dos toques, va pasando de pie a pie, de hombre a hombre, y cuantos mas se juntan mas crece y mas madura el Fútbol como persona en si misma y cuanto mas madura mas se anima a ir, despacito y sin apura, para adelante. Pero siempre fluyendo, como agua en una cañería limpia.

Y ojo, que los contrarios lo saben. Los contrarios entienden que cuanto mas se asocia tu equipo mas crece la Criatura y entonces, salvajes y despiadados pero fundamentalmente celosos de la obra hermosa que estas congeniando, muertos de envidia porque tu equipo la tiene a ella, a la pelota, la mina que todos quieren, y heridos en su orgullo porque la tenes vos -perdón, la tenemos nosotros- y no la estamos prestando, se van a descuidar. Van a distraerse por la canción de sirena que estas tocando, o van a salir enfurecidos para adelante porque, si ellos no pueden ser dueños de la pelota, entonces nadie lo sera. Entonces, cegados por esa canción o esa ira, esos celos y esa bronca por la belleza que ven pero no pueden poseer, van a dejar huecos. Y ahí, la pucha, ahí viene lo mejor. Es allí cuando esta hermosa Criatura que estuvimos gestando tan pacientemente, y digo 'estuvimos' porque gestarla es trabajo de todos -de todos- ve al amor se su vida y se enamora para siempre: El arco.

Claro falta un empujóncito mas. Falta un poco de telepatía. Falta que quien tiene la pelota vea el hueco, y quien no la tiene también vea el hueco, y que se miren entre si, intercambien una sonrisa y entiendan: Yo pico al claro ese hermoso, vos me la das, y hacemos que esta preciosa persona que armamos, este "Fútbol", se encuentre con el amor de su vida.

Y allí, querido lector, le dejo en suspenso la conclusión. Tantas historias de amor tienen finales trágicos, hay desengaños y malos entendidos, hay delanteros que la tiran afuera o, a veces, un tercero en discordia -un arquero, digamos- se entromete entre el caballero y la dama. Pero nadie, nadie, te quita el placer de haber parido, nutrido y alimentado a tan bella criatura. Y es ahí también, cuando el tipo que pelea con su bañera tapada, se da cuenta que su equipo nunca logro algo así. Porque son quince economistas pragmáticos: El lateral diestro recibe del arquero y, atolondrado por llegar al grano lo antes posible, la trata de poner en el área rival sin escalas. Allí el infante muere sin posibilidad de nacer. O quizá el infante nace, y el lateral diestro se la da al volante derecho, pero este agacha la cabeza, empieza a correr con la pelota sin mirar a los costados y, como esa bañera tapada de pelos, jabón podrido y porquerías varias, el infante recién nacido muere asfixiado por tanta mezquindad. Es por eso que, mientras el hombre sopapea y saca jabón, pelos y mugre; mientras ve al agua fluir y drenar, pasar de un contenedor a otro sin escalas, se le cae una lagrima y, como reza la frase, se dice para sus adentros: "El toque, el toque debe continuar"!

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