Tengo un sueño

(...) Hoy, amigos míos, lees digo: No caigamos en un valle de desesperanza. Y aunque nos enfrentemos a dificultades del hoy y del mañana, yo aun tengo un sueño. Es un sueño fírmemente arraigado en el sueño de toda patria futbolera.

Sueño que un día las naciones se levantaran y vivirán el verdadero significado de sus creencias: "Tomamos estas verdades como evidentes, que el toque y la circulación de la pelota es la base de todo bien"

Tengo un sueño: que un día, en las colinas de Inglaterra, los hijos del rugby dejaran de tirar centros a la olla sin mirar quien espera, producto de una ansiedad impaciente, y estrecharan lazos de hermandad con sus compañeros de equipo. Harán mas pases y menos pelotazos.

Tengo un sueño: Que un día, incluso el país con forma de bota, un país inmerso en el la obscuridad opresiva del catenaccio, se transformara en una nacion donde el futbol fluya y brote, donde haya justicia para el lírico y condena para el amarrete.

Tengo un sueño: Que un día, los cuatro pequeños mediocamnpistas de mi equipo tengan pie fino, circulación ágil, y no sean juzgados por cuantas patadas pegan sino por el contenido sutil de su juego.

Tengo un sueño hoy! Sueño que un día, en Alemania -con sus voraces maquinas de correr, con sus marcas violentas y su necesidad de nacionalizar extranjeros porque los locales tienen enormes limitaciones técnicas- que un día, ahí en Alemania, los verdaderos Jugadores de Fútbol se puedan dar la mano y brindar un verdadero espectáculo digno de ser visto.

Tengo un sueño hoy!

Que todo pase de primera sera exaltado, toda pared, toque y devolución sea aclamado, que los rústicos sean humillados, los amarretes sean castigados y la Gloria del Señor sea revelada para que todos los amantes del fútbol la puedan disfrutar!

Esta es mi esperanza, este es mi anhelo, con el que me vuelvo de Sudáfrica.